Tras partir de Sacramento, y después
de un pequeño recorrido de unos 100 kilómetros, nos encontramos en San
Francisco. Bueno, en las cercanías de San Francisco, pues resulta que el
camping KOA de Petaluma, donde nos quedamos está al norte de SFA a unos 70 Km.,
aunque dado que tenemos nuestro pequeño Chevrolet, es con lo que nos vamos a mover.
Ayer hemos estado todo el día en
el camping, que dicho sea de paso, es de lo mejorcito que nos hemos encontrado,
con unas instalaciones de lujo, aunque eso sí muy familiar.
Conocimos a una familia de
mexicanos, descendientes directos de catalanes, Marcos Blanquet, muy agradables
con los cuales compartimos la sesión de piscina. Resulta que han venido a las carreras
del Nascar, aquí cerca, en Sonoma, y ha venido toda la familia. Tiene un coche
de nada menos que 42 pies, 14 metros, el máximo que hay en el mercado.
Después nos hemos dedicado
igualmente a las labores propias de mantenimiento de la casa, como es el tema
de la lavandería y el acicalamiento del Mojo Picón.
Este sábado ya nos hemos ido a
SFA para hacer el típico recorrido que hacen los turistas aquí.
Aunque hemos estado anteriormente varias veces, siempre es bonito darte una vuelta.
Lo primero que notamos es la
cantidad de gente que hay, y es que entre el maratón que se celebra el domingo,
y las carreras del Nascar, esto está inmensamente lleno de gente, sin sitio
donde aparcar, con los parkings llenos y así todo.
Solución y que no es mala: aunque
llevamos el Tom Tom en el coche: decidimos ponernos detrás de una de las guaguas
turísticas y seguirlas a lo largo de su recorrido.
Así compaginamos visita, dinero y
tiempo. El recorrido es el usual , Fishermaans Warf, que es el puerto pesquero
y turístico de SFA, la calle Lombard, la calle más sinuosa del mundo, el cable
car, las casas victorianas, y otras muchas cosas y lugares de interés.
Terminamos, como no puede ser menos
tomándonos una copa de helado en Ghirardelli, famosísima fábrica de chocolates
y helados y símbolo de SFA.
Comemos y volvemos al camping , con
estas vistas del famoso Golden Gate.
Al caer la tarde y tras quedar a
cenar con nuestro primo Javier Haddad, arquitecto que ha trabajado hasta estos
días pasados en Apple, y que vuelve a Las Palmas a llevar un proyecto, hacemos
la entrada otra vez por el Golden Gate, pero esta vez con una niebla intensa:
Javier ha reservado mesa en LOLO
, restaurante de alta cocina mexicana, que está de moda en la ciudad y donde su
encargado Juan Carlos, nos recibe como amigos de la casa.
La decoración es muy original y
la comida no menos, así que disfrutamos de la misma:
Tras cerca de dos horas de amena
y agradable compañía nos volvemos al camping, cerca ya de las doce de la noche.
Un día intenso.
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